La ida contra Gimnasia de Mendoza dejó sensaciones encontradas sobre el rendimiento de San Martín de Tucumán. El empate fue un punto importante que, como reconoció Diego Flores, deja a su equipo “muy bien parado” de cara al domingo en La Ciudadela, donde la ventaja deportiva podría ser clave. Sin embargo, la imagen que mostró el equipo en el Víctor Legrotaglie no fue la más alentadora, reavivando algunos de los fantasmas de la final perdida en Rosario.

“Estamos muy bien. Venimos de un partido duro, sabíamos que sería así. Fuimos inteligentes, corrimos mucho y logramos mantener el arco en cero, lo cual era fundamental”, destacó Flores, subrayando la importancia de evitar goles en un partido tan cerrado. “En esta instancia, lo que más importa es el resultado, no si jugamos bien o mal. Ellos eran fuertes en pelotas detenidas, pero nosotros defendimos muy bien en ese aspecto”, agregó.

El planteo generó debate entre los hinchas, ya que el “Santo” priorizó proteger el arco propio antes que buscar el gol hacia el rival. Flores ofreció su visión al respecto:

“No creo que el rival haya sido superior. Es cierto que priorizamos proteger el arco más que buscar el gol, pero no fue algo intencional desde el inicio. Ellos hicieron mucho para que no pudiéramos desarrollar nuestro juego. Su intensidad y localía pesaron, además de las condiciones como la cantidad de faltas en nuestra contra y los amonestados. Pese a todo, creo que el empate tiene mucho valor”, aseguró.

Gimnasia de Mendoza aprovechó la localía y puso a prueba a la defensa de San Martín, que tuvo en Darío Sand a una figura destacada. El arquero correntino respondió con una doble tapada ante Luis Silba y Jeremías Rodríguez Puch, aunque la jugada fue invalidada por offside. Además, en tiempo adicionado mostró su categoría con una atajada ante un cabezazo y una definición a quemarropa de Aaron Spetale. Flores, conocido como “Traductor”, interpretó que esas fueron las únicas situaciones claras del “Lobo” y lo explicó en la conferencia semanal.

“Sand fue clave, pero de las pocas llegadas claras que tuvieron, muchas fueron desde pelotas paradas. En juego abierto solo generaron una ocasión, que terminó en un cabezazo en offside. Nuestro trabajo defensivo fue sólido, y ellos no tuvieron muchas herramientas para generar peligro”, comentó.

A pesar de esto, el ataque de San Martín dejó mucho que desear. El tridente ofensivo compuesto por Juan Cuevas, Matías “Caco” García y Junior Arias se mostró largo e inconexo, lo que solo permitió un remate de media distancia de Gustavo Abregú.

“El resultado me dejó conforme, porque era lo más importante. Defensivamente hicimos un gran trabajo, tanto en juego abierto como en pelota detenida. En ataque nos faltó fluidez, pero hay que entender que afrontamos ese partido con una ventaja deportiva y un rival obligado a marcar”, destacó el técnico.

San Martín está a un empate de regresar a la final. Sin embargo, para alcanzar ese objetivo deberá ajustar detalles clave, reducir el margen de error y aferrarse a las virtudes que lo llevaron hasta esta instancia. La ventaja deportiva es un respaldo, pero no una garantía. Un rendimiento sólido en todas las líneas será crucial para neutralizar las fortalezas de Gimnasia de Mendoza y asegurar la clasificación ante su gente.

“Veo muy bien al plantel. Este grupo ha demostrado carácter a lo largo del año, superando situaciones difíciles como empates dolorosos o derrotas. El empate en Mendoza nos da confianza, y estamos a un partido de ofrecerle otra final a nuestra gente”, sentenció Flores.